El anacardo en el candomblé, tambor de mina y umbanda a partir de la revisión de algunos autores

Resumen

Las plantas, los árboles frutales y las hierbas conectoras proporcionan contraste, secuencia temporal, consecuencia histórica y una expansión de la flora medicinal proveniente de lo sagrado en el Candomblé. Los estudios desarrollados por el Proyecto Ecoilê, de Fiocruz/Brasília, incluyen entre sus vertientes la investigación de plantas —árboles, hierbas, flores, raíces y cortezas— que la diáspora africana posibilitó integrar al repertorio de la medicina tradicional y de las denominadas Plantmas (Plantas de Matriz Africana). En este sentido, el objetivo de este artículo es analizar la cajazeira como planta litúrgica en las religiones de matriz africana, a partir de una revisión de literatura. Para este desafío epistemológico, se adopta como base metodológica la teoría de la Pedagogía de las Encrucijadas, con el fin de reflexionar sobre el papel simbólico de este importante elemento que vincula plantas y alimentos a la ritualidad. En la tradición afrobrasileña, las plantas y árboles se clasifican como dioicos, es decir, con flores masculinas y femeninas, y también como calientes, fríos o tibios. Esta compleja taxonomía espiritual multiplica las posibilidades terapéuticas en el contexto de una medicina herbal basada no solo en la observación y la experiencia, sino también en preceptos espirituales construidos a lo largo de milenios. Entre los alimentos sagrados, se destaca el cajá —fruto y hoja— en sus dos principales especies: cajá-manga (Spondiasdulcis Forst, Anacardiaceae) y cajá común (Spondiaslutea L.).